El universo es la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas de la materia, la energía y el impulso, y las leyes y constantes físicas que las gobiernan. Sin embargo, el término también se utiliza en sentidos contextuales ligeramente diferentes y alude a conceptos como cosmos, mundo o naturaleza.1 Su estudio, en las mayores escalas, es el objeto de la cosmología, disciplina basada en la astronomía y la física, en la cual se describen todos los aspectos de este universo con sus fenómenos. La ciencia modeliza el universo como un sistema cerrado que contiene energía y materia adscritas al espacio-tiempo y que se rige fundamentalmente por principios causales. Basándose en observaciones del universo observable, los físicos intentan describir el continuo espacio-tiempo en que nos encontramos, junto con toda la materia y energía existentes en él.

La gravedad es una de las cuatro interacciones fundamentales. Origina la aceleración que experimenta un cuerpo físico en las cercanías de un objeto astronómico. También se denomina interacción gravitatoria o gravitación. Si un cuerpo pesado está situado en las proximidades de un planeta, un observador a una distancia fija del planeta medirá una aceleración del objeto dirigida hacia la zona central de dicho planeta, si el objeto no está sometido al efecto de otras fuerzas. En la superficie de la Tierra, la aceleración originada por la gravedad es 9,80665 m/s², aproximadamente.

El proceso de atracción es algo muy simple. Aún con toda su simplicidad se nos hace difícil ponerlo en práctica porque crecimos acostumbrados a "batallar para que las cosas sucedan". Lo desafortunado del caso es que entre más batallamos para hacer que algo suceda, menos obtenemos los resultados que desearíamos. Y el resultado es que convertimos nuestra vida en una serie de problemas crónicos. ¡Y todo por no saber hablar el lenguaje del Universo!
El Universo no entiende nuestro lenguaje y por eso hay que aprender a comunicarnos con él, porque hemos estado pidiéndole las cosas al revés. Por ejemplo, la siguiente secuencia es la forma normal en la que un humano reacciona ante sus circunstancias no favorables, ignorando que al hacerlo así está enviando una señal al universo que dice "¡mándame más!".